A mis amigo(a)s cibernautas:
3 de agosto del 2011
Lectura: Salmo 65
“Tú has coronado el año con tus bienes, y tus huellas destilan grosura” (Salmos 65:11)
Hace unos cuantos años puse un comedero para ardillas sobre un abeto a unos cuantos metros de nuestro hogar. Se trata de un artefacto sencillo –dos tablas y un clavo al cual se le atraviesa una mazorca de maíz. Cada mañana una ardilla viene para disfrutar la comida de ese día. Es una cosita linda, negra con una barriguita redonda y gris.
Me siento en nuestro porche trasero por las mañanas y la observo mientras come. La ardilla arranca cada grano de la mazorca, lo sostiene entre sus patas, le da vuelta y se come el corazón. Al final del día no quedan granos sino sólo un montoncito ordenado de sobras debajo del árbol.
A pesar de que la cuido, la criatura me teme. Cuando me aproximo, ella huye, refugiándose en su árbol y chillándome cuando me acerco demasiado. No sabe que soy yo quien le da la comida.
Algunas personas son así con Dios. Huyen de Él con temor. No saben que Él las ama y que les provee ricamente de todo para que lo disfruten (Salmo 65:11).
Henry Scougal, un ministro escocés del siglo XVII, escribió: “Nada es más poderoso para enganchar nuestro afecto que encontrar que somos amados por Aquel que es totalmente amoroso… Cómo debe esto asombrarnos y deleitarnos; cómo debe esto vencer nuestro temor y derretir nuestros corazones”. El amor de Dios es el amor perfecto que “echa fuera el temor” (1 Juan 4:18). –DHR
Tu amoroso Padre Celestial nunca te quita los ojos de encima
(“Nuestro Pan Diario”)
En esta simpática comparación que hace el autor de nuestra reflexión de hoy, entre el comportamiento temeroso de la ardilla para con quien le da de comer y nuestro comportamiento para con Dios, creo que salimos perdiendo de todas todas, porque me parece que resulta lógico el que “nuestra ardilla” reaccione instintivamente hacia el extraño que se le acerca, esas son sus capacidades de defensa, mientras que nosotros somos la máxima creación de Dios: “y dijo “Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza. Que tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves del cielo; sobre los animales domésticos, sobre los animales salvajes, y sobre todos los reptiles que se arrastran por el suelo” Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios” (Génesis 1:26-27 NVI).
Se nos dieron capacidades –de pensar, de razonar, de decidir, de amar, etc.- que nos colocan por encima de todos los seres de la Creación, cuidemos que nuestro camino sea el del amor al que nos invita Jesucristo, nuestro Señor y Salvador…
“el que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor” (1 Juan 4:8 NVI)
Gracias Padre por este nuevo día, gracias por la luz de tu Palabra, gracias por el amor tan grande e incondicional con que siempre me has acompañado a lo largo de mi vida, te pido Señor que hagas de mí un dador alegre, que el amor fruto de tu Espíritu Santo sea siempre la divisa de mi vida en la que SIEMPRE estés tú en primer lugar, te lo pido en el nombre de Jesucristo, mi Señor y Salvador, amén!.
Tijuana, B. C., agosto 3 del 2011
No comments:
Post a Comment