Thursday, August 4, 2011

“Confía a Dios lo imposible”

A mis amigo(a)s cibernautas:
Reflexiones Cristianas
La doctora Amanda Whitworth se sentía frustrada, su auto era el noveno en una fila que subía muy despacio una colina debido a un camión que iba muy lentamente, y ella estaba apurada.  Su último paciente había necesitado más atención de la requerida normalmente para los exámenes y se le había hecho tarde para recoger a su hija de la escuela. Ahora susurraba una oración No volveré a llegar tarde  y como sería la tercera vez que sucedía y la escuela no les permite tardanzas a sus padres, tendría que hacer arreglos para el cuidado de Allie por las tardes. En silencio, Amanda protestaba por la lentitud del camión.  Nadie se atrevía a pasarlo en la larga cuesta, ya que era imposible ver los autos que venían en dirección contraria.  De repente, el chofer del camión movió su mano indicando que no venía ningún auto de frente. Mientras Amanda pasaba por el lado del camión, pensó en que ese hombre era un extraño y nueve personas confiaban sus vidas y las de sus familias a él. ¡Qué representación tan tremenda de cómo hacemos todo lo que podemos hacer, y luego debemos confiar hasta el mínimo detalle de nuestras vidas al cuidado de Dios, que es un amante Padre Celestial!.. ¡Y cómo nos consuela saber que Él siempre ve todo lo que tenemos por delante! Mi trabajo es preocuparme por lo posible y confiar a Dios lo imposible.
Salmo 9:10: “En ti confiarán los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Señor, no desamparaste a los que te buscaron

Mi primera intención al compartirles este mensaje, fue el decirles que el día de hoy ha sido uno de los días en los que he tenido sobremanera el amor de Dios… Sin embargo, reconozco que estaría mintiendo porque en honor a mi Señor y Salvador debo decirles que TODOS los días de mi vida he tenido –y tengo- las expresiones de su amor a todo lo que da, Aleluya!... Las circunstancias del día de hoy retaron mi fe y aunque debo reconocer la presencia de la muy humana duda, gracias a Dios en ningún momento perdí su Paz para ser bendecido con la solución oportuna, adecuada y suficiente con la que mi Padre Celestial me “apapachó” y aquello que era una negra incertidumbre se hizo luz y aquella puerta cerrada se abrió, gracias Padre porque en tu grandeza estás al pendiente de alguien tan insignificante como yo, Aleluya!... “ya que has puesto al Señor por tu refugio, al Altísimo por tu protección, ningún mal habrá de sobrevenirte, ninguna calamidad llegará a tu hogar. Porque él ordenará que sus ángeles te cuiden en todos sus caminos” (Salmo 91:9-11 NVI)…  Hace unos días, platicando con la Doctora que me atendió en la emergencia médica que recientemente se me presentó, le hablaba yo de mi fe, mencionando precisamente los versículos antes transcritos del Salmo 91 y ella me dijo: “es asombroso como Dios usa como sus ángeles a quienes menos pensamos, a veces a quienes nos parecen menos agradables, a quienes ni tan siquiera conocemos y nunca hemos visto antes” y los dos concluímos en cuanto a lo absurdo que resulta poner en duda el poder de Dios… “¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?” (Mateo 14:31 NVI).

“les aseguro que si tienen fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrán decirle a esta montaña: ´Trasládate de aquí para allá´, y se trasladará. Para ustedes nada será imposible” (Mateo 17:20-21 NVI).
Gracias Padre por este nuevo día, gracias por la luz de tu Palabra, gracias por revelarme tu fe porque eso me significa lo que siempre repetiré ante propios y extraños: lo más valioso, lo más grande, lo más hermoso que me has dado –y me das-, TU PAZ… Te pido Padre perdones mis temores, mis dudas, mi falta de fé, hazme consciente de que al dudar te niego y al negarte blasfemo y yo te amo, con todos mis defectos, yo te amo, ayúdame a vivir y morir en una completa y santa comunión contigo, te lo pido en el nombre glorioso de Jesucristo mi Señor y Salvador, amén!...

Tijuana, B. C., agosto 4 del 2011

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